XV

Las balas son los exponentes perfectos de una época deudora de la mecánica newtoniana. El choque, la explosión, la ignición, la expulsión de gases, el giro de la bala en el interior del cañón en el sentido del reloj, gracias a las rayas helicoidales, que proporcionan estabilidad y disminuyen el rozamiento para conseguir precisión, y la trayectoria final alcanzada, ejemplifican paso a paso lo esencial de la mecánica. Cada bala es una unidad de conocimiento. Propiamente hablando, la bala es sólo el proyectil y el cartucho es el conjunto formado por el fulminante, la vaina y la bala. Los gases de la combustión de la pólvora son los que empujan a la bala; la pólvora no explosiona, se quema. Este núcleo del saber decimonónico tendría en la actualidad su equivalente paródico en un objeto mucho más inmaterial: el bit, la unidad mínima de información, como punto vital, nodo de entrecruzamiento de las disciplinas y las diversas áreas del saber, esquematismo último que cierra la totalidad del espacio técnico y científico. El peligro en este caso no reside en su elevada tasa de mortalidad, sino precisamente en que no mata, pero se extiende y ocupa todo el espacio a su alcance, parece tener por último objetivo, de ahí su naturaleza viral, reproducirse a sí mismo al infinito y relegar las formas de vida a un carácter suplementario, una zona periférica al procesamiento de la información. De la bala al bit, del proyectil mecánico al proyectil binario, se efectúa el paso de las heridas de bala y el goteo de la sangre, al zumbido incesante de las máquinas y el flujo de los datos. 

XIV

Una arma no es especialmente peligrosa porque pueda causar la muerte, sino porque el tirador corre un peligro casi despreciable mientras que el objetivo, el blanco del disparo, esta abocado a morir o a sufrir heridas graves de una forma inexorable y demasiado fácil, sin que que pueda ponerle remedio. Esta relación mortal y asimétrica es fruto de la eficacia del mecanismo, del encadenamiento calculado y óptimo de múltiples componentes y piezas que producen una herramienta peculiar sin error posible, salvo defecto de fábrica o mal uso. El arma es el objeto de la razón por excelencia, el modelo de una acción directa sobre el mundo a distancia, a partir de una posición abstracta, a cubierto, que tiene efectos demoledores sobre lo concreto, incluida la muerte. La máxima aspiración racional alcanza así su sueño de emular a dios y decidir sobre la vida y la muerte de sus súbditos. Es la herramienta perfecta, el útil ideal; la utilidad no es un concepto práctico y neutro, tiene su origen en la producción del armamento que acompaña la historia del hombre. No existe otro utensilio en el que la preocupación por la eficacia y seguridad del funcionamiento, de carácter paranoico evidente, alcance niveles tan elevados. La utilidad se funda en la carrera de armamentos; lo útil es a todas luces un concepto criminal. Ser útil equivale a ser (un) arma viviente. La consigna de la eficacia y la productividad incitan a coger las armas, a armarse, a llevar un arma encima, tanto en lo metafórico como en lo real. La infalibilidad absoluta es el designio del orden político, que más allá del peligro de muerte, se construye sobre el riesgo constante de una performance perfecta e ineludible. Los aviones no tripulados reinan sobre los desiertos y las tierras áridas en busca de sus objetivos.

XIII

La cabeza blanca del chihuahua, temblorosa, asoma por la abertura de un bolso de cuero negro. Está en el regazo de una chica con una blusa y pantalones blancos, camiseta verde y labios rojos, que intenta reconciliarse con su pareja, sentada delante. A su lado, un amigo de ambos observa divertido la situación mientras hace monerías al perro. Por más que lo intenta, la chica no consigue arrancar una sonrisa del chico de sus sueños, ni por más que finge suplicar, con labios dispuestos, recibe el premio de un tímido beso. El chihuahua, que parece darse cuenta de la situación, alarga sus finas patas para intentar saltar a las rodillas del amante, malhumorado por no se sabe qué motivos. No hay nada que hacer. No le hace caso como no hace caso, sigue con cara de contrariado, a su amada. El amigo común le susurra algo al oído. La chica saca un teléfono inteligente, lo coloca en posición horizontal, cogido con las dos manos a la altura de su pecho, y activa una aplicación que simula, al tamaño de la pantalla, el paso de la información en un cartel luminoso de leds, de derecha a izquierda, letras blancas sobre fondo negro. El mensaje que se visualiza es el siguiente: "TE QUIERO MUCHO", desfilando por la pantalla como si fueran los subtítulos directos de su cerebro. Sólo entonces, el amado reacciona y se incorpora para dar un beso a la chica. La técnica ha triunfado donde fracasaron todas las estrategias de seducción femeninas. El bolso se ladea cuando la chica va al encuentro de su amado; beso de reconciliación bajo títulos de crédito, escena final de la película. El perro sale de la bolsa.

XII

Los amantes de las armas de fuego arguyen en su defensa que es el único ingenio humano de reducidas dimensiones capaz de detener la carga de un elefante enfurecido de varias toneladas. Con el mismo entusiasmo, explican cómo el arma reglamentaria del ejército, el fusil de asalto, practica un agujero del tamaño del puño en el cuerpo del enemigo; esta herida implica la muerte segura en cualquier área que no sean las extremidades, es mortal en tronco y cabeza. La diferencia entre el tamaño de la bala y el efecto devastador es debido a que no sigue una trayectoria rectilínea, sino que el ánima estriada del cañón imprime un movimiento en espiral al proyectil que sale por la bocana. El daño todavía puede ser peor si se practica una cruz en la punta de la bala; al penetrar en el organismo, estalla y se rompe en pedazos. Disparar siempre es un acto demasiado fácil para el tirador y de consecuencias difíciles de asimilar, mortales con frecuencia, para la vida del objetivo. Esta desproporción sólo se igualaría si el cazador o el soldado experimentara en su propio cuerpo los efectos del disparo, compartiera el dolor de la víctima.

XI

La teoría de la complejidad aplicada a las ciencias de la vida y la ecología, sin tomar las debidas precauciones respecto al valor de lo complejo, puede llevar a resultados contraproducentes e incluso contrarios a los deseados. Los extractos recogidos para el análisis de muestras de aguas residuales o de aguas superficiales contaminadas, se consideran precisamente demasiado complejos, más ricos por tanto en sustancias de todo tipo y trazas que un agua sin contaminar, pero más pobres en diversidad biológica; este hecho, obliga a una purificación posterior para eliminar la mayoría de los interferentes que implican una fuerte degradación de la calidad del resultado analítico. Otra señal de aviso es que los petróleos brutos también son de una gran complejidad, marea negra de la teoría y la práctica que encenaga los organismos vivientes. 

X

La máquina no es más que una IDEA realizada en el mundo, la concepción de la obra y el ingenio que se proyecta y ejecuta hasta el más mínimo de los detalles. Esta degradación del pensamiento, y consecuente corrupción del orden de lo real, provoca que la idea, en lugar de permanecer como puesta en cuestión incesante, acabe por convertirse en una puesta en acción automática, servil y calculada. Un universo material y técnico, en todo momento servicial, productivo y obediente, guiado por la idea de servicio, es un mundo sin vida propia. En la escena final de este episodio histórico, en el fondo historia natural, el amo de las cosas, el señor del universo que dictaba las órdenes, se transforma, sin darse cuenta, en sirviente fiel de sus creaciones. Ha sido ordenado por el orden. El SERVIDOR informático es el epígono de este movimiento.

IX

Los sistemas de detección automática de escenas, donde la cámara identifica la escena cuando apunta al motivo y hace los ajustes pertinentes; de detección de caras y sonrisas, para tomar la instantánea en el momento preciso; de reconocimiento facial y seguimiento del movimiento se han generalizado. Habría que añadir la reciente creación de una inteligencia visual, análoga a la inteligencia artificial, que no sólo actúa en el espacio sino durante el tiempo, y ajusta de forma intuitiva la composición basándose en la dirección de la cara del sujeto, el número de personas del marco e incluso si el sujeto sonríe. Este método automático de generar fotografías espontáneas es capaz de tomar imágenes que incluyan el mayor número posible de rostros enfocados y girar el objetivo hasta encontrar el encuadre ideal mediante una capacidad de rotación de 360º. Como es obvio, un mero cambio en la programación permitiría detectar cualquier otro aspecto visual cuantificable y digitalizable si se genera el modelo adecuado. Los progresos de esta inteligencia apuntan a confeccionar un catálogo perceptivo universal a partir de códigos y modelos que anulen la singularidad y sustituyan de manera progresiva la realidad por el modelo. La sonrisa pasará de ser un acto de expresión a un elemento modelable y de naturaleza lógica que, en lugar de existir por sí mismo, existirá siempre y cuando responda a los criterios de inclusión o exclusión del programa. La máquina, en última instancia, decidirá quién ríe.

VIII

La relación del pensamiento y la visión son correlativas a un ciberoperador rhopográfico, pensador y visor incansable que no tiene historia, vive en el silencio y carece de biografía. El blog siempre se concibe como una extensión de la biografía, narración más o menos afortunada de la vida de una persona, recopilación exhaustiva de escenas y hechos memorables, siempre bajo la sospecha de megalografía; mientras que la relación adopta las características de una rhopografía, no recoge los datos relevantes y los hechos significativos de una vida, sino la ausencia de datos, las insignificancias y las no-significancias, la larga serie de contingencias y singularidades de una vida no personal que bulle en cabezas innumerables. De la sujeción objetiva y subjetiva del blog, se pasa, de un lado a otro del espejo, a la operación ingobernable de la RHOPOGRAFÍA como una PURA RELACIÓN de NO(WE)B LOG(OS).

VII

Detrás de un BLOG hay una persona; detrás de una RELACIÓN no hay nadie, esto es, una cabeza múltiple, una multitud de cabezas silenciosas fuera de la historia, sin nada que decir. El registro cronológico, ligado a la historia y a un log(os) inherente de sucesión y conexión (log in/ log out) es falso y falsea al pensamiento y al pensador. La identidad no es una ventaja, sino un impedimento real para el surgimiento de la idea, que no oscila entre la conexión y la desconexión relativas, el encendido y el apagado, a modo de conmutador, sino que tiene su medio ideal en el cortocircuito, la interferencia, la iluminaria del arco voltaico. La génesis de los blogs pertenece al orden de la impostura, una representación de un tiempo concreto, dispar, dotado de infinidad de líneas simultáneas, que se transforma en un tiempo evolutivo y acumulativo, un proyecto de un sujeto, historia personal visualizada en la marea negra de la historia. Pensar no es nada personal, ni tiene nada de lógico; no hay razón aparente ni sucesión que hilvane el discurso. Un pensador no es (una) persona jurídica ni física, es el operador, el signo crepuscular ligado a la operación del pensamiento.

VI

La astucia de la razón, siempre atenta a la renovación de las formas, se supera a sí misma, alcanza su para sí, en el blog como síntesis personalizada de la red (web) y el logos (log), alianza del registro, la sucesión, el orden jerárquico, la razón, el entrecruzamiento, la conexión y los árboles lógicos. Todo blog, como diario personal en la red, es un registro cronológico de un SUJETO, en cuanto hablante y dotado de palabra, según la ley de la sucesión. Personalidad que se explica, justifica y funda en el mismo momento en que (se) registra, expone al colectivo potencial o real de lectores; explicación personal de un sucesor unitario e idéntico, por disgregado que esté, como punto de origen, referencia ineludible de un cúmulo de sucesos y eventualidades que da razón, responde por lo que notifica. Es lo que dice (que es): un YO. Aunque sea ficticio no importa, siempre se trata de reconstruir una personalidad, de unificar los puntos de vista, acumular semejanzas, similitudes y ocurrencias para crear un PERFIL reconocible, un sujeto de reconocimiento para sí mismo y los otros. Crónica de sucesos a pequeña escala, tribunal de la razón doméstico y digital, alianza imperecedera de razón, palabra e historia.

V

De la construcción de las vías romanas a la invención del alcantarillado, de los sistemas de alumbrado a gas a las redes eléctricas de iluminación y conexión, del telégrafo y el teléfono a la televisión hasta llegar a las redes telemáticas y digitales, los sistemas electrónicos digitales de transmisión de datos e información y la lógica digital microprogramable, todo confluye al mismo fin de encarnar el LOGOS en el corazón del mundo y elevar la abstracción y la distracción a la máxima potencia posible. La RED no es más que la consecuencia de este impulso, la proyección de un código binario, la EXPRESIÓN de un LENGUAJE universal de mediación, superior al de la mera técnica, red lógica o lógica ramificada electrónica, proceso continuo de transformación de todas las relaciones en representaciones de relación.  El edificio que construye la razón programada y programable, discurso material enclavado en las cosas, implica la destrucción hasta los cimientos de la realidad psíquica y física, humana y no humana, la demolición de lo REAL y la aniquilación de la VIDA. Maniobra de distracción a escala planetaria que por primera vez en la historia ofrece la posibilidad a cualquiera, sujeto a unas categorías y etiquetas específicas, de ver y decir cualquier cosa, vehículo universal de obsesiones, delirios y opiniones, siempre y cuando el tiempo empleado no guarde proporción con las consecuencias reales, si las hay, que se deriven. Una nueva versión de cambiarlo todo para no cambiar nada, juego de manos que por un lado permite sin restricción, apología del libre acceso, y, por otro, excluye de todo control efectivo del rumbo de los acontecimientos. TODO, en teoría; NADA, en concreto. Mientras que la maquinaria puesta en marcha sí que actúa en el mundo, y de qué manera, a un ritmo frenético de borrar del mapa el más mínimo rastro de vida autónoma, natural e ilógica. La falta de conocimientos del nuevo lenguaje, la inadecuación del mundo de los hombres y del mundo natural a la nueva PALABRA revelada, se considera motivo de sospecha suficiente para cursar una orden de eliminación.

IV

La materia propia del ciberoperador rhopográfico no son las páginas ni los enlaces, el hardware o el software, los circuitos, datos o programas, sino la masa plástica del PENSAMIENTO, en estado crítico, y la desvinculación generalizada. Las operaciones internas y externas sólo se distinguen desde un punto de vista arbitrario; en realidad, se trata de una misma RELACIÓN pensante y vidente, ubicua e ilocalizable, obra total que invalida el criterio de pertenencia, adecuación y propiedad. La información y el exceso de conocimientos son una forma peculiar, pasiva, de asfixia y parálisis; la sociedad del conocimiento es la punta visible del lazo corredizo de la red, el juego del ahorcado elevado a entretenimiento universal. Un pensador anodal, desenlazado y desvinculado aumentará el grado de desconocimiento, la proliferación de enigmas, extenderá velos y profundizará la sima de lo desconocido hasta donde lleguen sus fuerzas. Luego morirá. La velocidad de la mano que clicka el ratón, por mucho que acelere, es incomparable con la celeridad infinita del pensamiento. La cabeza anónima gana la partida, en otro lado, bajo otras reglas, a la síntesis del órgano y el mecanismo.

III

Un ciberoperador rhopográfico es por necesidad múltiple y contrario a los operadores lógicos unitarios, inclusión, negación y exclusión, que guían los motores de búsqueda. Explorador no jerárquico ni jerarquizante, la valencia elevada de insignificancia y no-significancia opera una suspensión temporal de los algoritmos que valoran la importancia de los contenidos de la red, proceso automático de asignación, mediante números, de la relevancia de las páginas indexadas. Sin tener que recurrir a ecuaciones con millones de variables y términos, pone en cuestión el sentido de la distribución, el orden jerárquico y la escala de posicionamiento. Cada desplazamiento, cada operación, no se atiene a límites preestablecidos, no reconoce géneros, esferas temáticas, grupos de opinión ni dominios. Nada le es ajeno; todo le atañe sin vínculo aparente. La finalidad última no es traspasar el pensamiento a la red, sino traspasar la red con el pensamiento, ocupar los intervalos, el eslabón débil de la cadena para desanudar los nodos de identidad y los módulos de semejanza. La búsqueda del intersticio en lugar de la búsqueda de la información tiene por único algoritmo válido el inconsciente.

II

Un virus de última generación abre una antorcha olímpica; las llamaradas virtuales que ondean al viento anuncian la destrucción real, programada y meticulosa del disco duro, que se quema con la misma celeridad, al ritmo del crepitar del fuego, mientras columnas de humo negro oscurecen el cielo de la pantalla. Los expertos, en su fabricación o en su análisis, lo clasifican como el virus más destructivo hasta la fecha; no se conocen medios de extinción eficaces para un incendio digital de esta magnitud. Las cenizas, los rescoldos de cualquier hoguera, tienen su equivalente en la destrucción completa del sector zero del disco duro. El mensaje del fin del mundo que nadie debería abrir, "Actualización de Windows live", en tanto que apocalipsis técnica, se parece cada vez más a una revelación, pirosis universal que consume el universo y reenicia el ciclo del cosmos, el Olimpo de los dioses en directo.

I

Una alambrada de espino, una valla electrificada, aunque sea de baja tensión, un portal enrejado de hierro, no son el mejor sitio para establecer comunicación, y menos todavía cualquier tipo de contacto. El propio espacio reticulado, provisto de zonas de succión y apéndices de sujeción, es el obstáculo a superar, el canal a vadear, ya sea mediante técnicas de saturación o enrarecimiento, exceso o defecto, demasiado cercanas al límite para ser asimiladas; corte y empalme, mínima incisión que apenas se nota, pero suficiente para abrir un paso en la reja, o desmontaje, procedimiento de resultados inversos a los esperados y que sólo se percibe cuando ya es demasiado tarde para sustraerse al efecto.